Análisis de mi dibujo.

Antes de empezar la carrera, pocas veces me había encontrado en situaciones en las que tuviera que hacer un dibujo en un espacio mayor de un Din A4. Esta fue mi primera dificultad, no sabía como plasmar lo que estaba viendo sin centrarme en los detalles, o sin empezar primero dibujando a lápiz, y para colmo teníamos que dibujar a distancia con las brochas atadas a un palo de escoba.. Se trataba de dibujar lo que la escultura volante nos trasmitía, la transparencia, el movimiento y la ligereza, y no de hacer una representación calcada de la misma. Ahí encontré el segundo problema, no tenía ni la menor idea de como dibujar algo que se movía continuamente, por que cada vez que alzara la cabeza para mirar el modelo iba a ser distinto, y el plástico iba a tener una forma distinta según soplara el viento. Empecé por colocarme en una posición que me permitiese abarcar con la mirada la escultura entera, y donde me pudiese mover sin dificultad al pintar. Me fijé en que nuestra escultura era más ancha que alta, así que coloqué mi papel apaisado. Lo que primero dibujé fue el plástico que se encontraba mas alejado, en un último plano, con un tono mas claro, plasmando las trayectorias que iba marcando según se movía. Además este rodeaba árboles situados más cerca, pero aún no en un primer plano. Encima de esos árboles dibujé otra capa de plástico ya que el anterior se había movido y cambiado de forma, aunque esta vez con un tono más oscuro. Después dibujé las ondas que hacía el plástico justo enfrente de mí, intentando mostrar esa ligereza y transparencia que tenía al moverse con pinceladas suaves, tonos claros y agua, y los latigazos que daba al soplar fuerte el viento con un tono más oscuro. Según iba pintando dejaba capas de plástico atrás y los árboles estaba cada vez más lejos. Además a mi derecha uno de los plásticos estaba pintado de rojo, y cada vez que ondeaba veía como una explosión de color, que plasmé salpicando con rojo la parte derecha de mi papel.

Al final me dí cuenta de que ese dibujo no tenía fin, terminaría cuando yo quisiese dejar de pintar, porque cambiaba continuamente, y siempre había algo nuevo que pintar